Falsas Ilusiones

Disneyland

Dentro de poco comienzan las vacaciones de verano de los peques, según me explican ellos están deseando cogerlas y salir un poco de su rutina colegial. Tras el largo curso escolar es normal que quieran algo de cambio y de nuevas actividades, creo que es más que fundamental para ellos y para cualquiera tomarse esas vacaciones en las que más que nada lo que buscamos es algo de variedad.

Desde hace unos días, hemos creado una lista para ir apuntando en ella las actividades que se nos vayan ocurriendo para luego hacerlas este verano. Tenemos la gran suerte de poder disponer nuestras vacaciones entre el campo y la playa, así que hemos creado una lista para cada lugar. Excursiones a la cueva de la calavera de la cabra, volar una cometa, aprender a montar en bici sin ruedines, bucear con tubo y aletas (David quiere ser buceador … jajajaja) … son algunas de las que ya están apuntadas y que a lo largo de esos días desarrollaremos juntos. Puede ser que no las cumplamos todas, eso siempre se lo digo, pero su gran mayoría os aseguro que sí.

A lo largo de todos estos meses anteriores Susana me comentaba ilusionada que ella, David y su madre iban a ir en las vacaciones de verano, a Paris … a Disneyland, a lo que yo le decía que me parecía un muy buen plan, que lo importante era disfrutar y que estaba seguro que iban a pasarlo muy bien,… ella en buena parte me lo comentaba ilusionada. En la visita del pasado domingo estando en el campo y casi sin venir al caso Susana me dijo: “Papá al final no vamos a ir este verano a Disneyland, mamá me ha dicho que como tú no le has dicho que días ibas a estar de vacaciones con nosotros pues que por eso no podemos ir” … me quedé helado.

Jugar con la ilusión de los niños prometiéndoles cosas que luego no se cumplen es algo vergonzoso que jamás se debe hacer, es engañarles, es aprovecharse de su inocencia y de su confianza, con la consecuente frustración para ellos de no ver realizada una ilusión que además no ha salido de ellos sino que encima se la han creado. Es un juego sin piedad con el que se puede hacer mucho daño a los niños, creando sentimientos profundos de angustia y ansiedad, como la que tenía Susana al contármelo.

Pero que encima su madre me eche la culpa a mi, delante de su hija, de que ella y los que la rodean no cumplan sus promesas, eso ya no tiene nombre, es sencillamente asqueroso, y lo dice todo del tipo de personas que son.

Me alegro que Susana me lo comentara abiertamente, con confianza y así pudiera sacar fuera, en parte, esa decepción que le han generado, y poder explicarle con sencillez y sin más detalles, que la próxima vez tan solo tiene que llamarme su mamá, comentármelo y cuadrar los días.

Lo curioso es que éste no es el primer caso en el que les acrecientan ilusiones con historias que luego no se cumplen. Ya el año pasado Susana y David me comentaban sucesivas veces que en verano irían con su madre a un crucero en barco, pero llegado el final del verano ni barco ni nada parecido. Al parecer Susana no obtuvo explicación alguna de porqué eso que le hablaron y que con tanta ilusión le contaban, no se llegó a realizar, ella me dijo: “Al final no se qué pasó que no fuimos en barco”, imaginaros con que cara me lo decía. Como ese año la mamá elegía los periodos de vacaciones ya no tenía la excusa perfecta para justificarse delante de sus hijos.

A los niños no se les miente, ni se les genera falsas ilusiones, y mucho menos a los hijos, por suerte ellos dos son muy listos emocionalmente y van a aprender muy rápido por su experiencia, a distinguir entre los que hablan con la verdad y desde el corazón, y los que hablan con la mentira, desde el egoísmo.

 

2 comentarios en “Falsas Ilusiones

  1. Madre mía, qué penita. Pobres niños, con la ilusión que les hace todo esto y la credibilidad que nos dan a todo lo que les decimos y lo que les duele que les mintamos… 😦

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